Confieso que he leído...
Eugenia Zuran es una escritora argentina que he conocido hace poco. La conocí a través de un relato que envió a la convocatoria Amar en Tiempos del Fin que impulsáramos desde Revista Cruz Diablo. A veces arribo a la conclusión de que Cruz Diablo tiene un objetivo general y otro particular. El general es dar a conocer a los nuevos escritores del género. Construir un puente de letras entre los ávidos lectores de King, Poe, Lovecraft, Asimov, Dick, Bradbury y los escritores que intentan seguir sus pasos. El particular anida en lo profundo del inconsciente y, como todo lo oculto en los laberintos del ser, constituye un deseo, un sueño. Ese deseo se satisface cuando conozco escritores y escritoras nóveles que me deslumbran. Desde esa finalidad, Cruz Diablo se convierte en un señuelo para atrapar a escritores/as ávidos/os de ojos que los lean y almas que los sueñen. Sí, Cruz Diablo también es una trampa para atrapar escritores (en cada publicación media docena de ellos quedan atrapados en las tierras de la inmortalidad. Aunque lo deseen, de allí no se puede salir. Cada vez que escribimos nos hacemos inmortales). En la última convocatoria conocí a una joven escritora de Ramos Mejía: Eugenia Zuran. “Lidia” es su primera novela y es una novela digna de ser leída por todos aquellos que son amantes del susupense, el misterio y el thriller psicológico. Escrita con una prosa sencilla, pero impecable, hace recordar por momentos a la pluma del californiano John Saúl. A quien haya leído “Cuando sopla el viento” del escritor nacido en Pasadena se les hará imposible no encontrar similitudes con “Lidia”, no porque pretenda ser una copia (intuyo ,incluso, que la autora puede no haber leído a John Saúl. Hay escritores que nacen con un espíritu compartido, y el de Saúl y Zuran se parecen), sino por el papel de los personajes y el estilo narrativo. Una abuela que porta un extraño misterio en su sangre; una tragedia familiar que, conforme avanza la lectura, nos hace dudar si la tragedia que sacude la vida de Lidia no es preexistente, incluso, a su propio nacimiento ¿Estaba sellado el destino de Lidia desde antes de su nacimiento? A muchos les quedará la sensación de que así es. Sí en la novela de John Saúl hay misterios que habitan en el viento, en la de Zuran hay misterios ocultos en las sombras. En ambos casos ejercen una extraña influencia sobre las protagonistas. Lidia es una elegía contra el encierro. Lidia nace en un claustro cuando llega a este mundo. Casi toda la novela transcurre en el encierro de su casa, en el encierro de su destino infranqueable. El encierro también estará simbolizado por el papel que jugará en su destino la vida que se desarrolla entre los muros de un orfanato. Todo aquel que pueda leer Lidia debería hacerlo. Es una novela corta que invita a ser leída de un tirón. Los que vivan en Buenos Aires y deseen conocer a la autora y acceder a su novela, se podrán encontrar con ambas en la presentación que hará Ediciones Alfeizar en ESPACIO ESFERA, Talcahuano 287 (entre Sarmiento y Perón) CABA, el viernes 22 de noviembre de 2019 de 19 a 21hs.
Eugenia Zuran es una escritora argentina que he conocido hace poco. La conocí a través de un relato que envió a la convocatoria Amar en Tiempos del Fin que impulsáramos desde Revista Cruz Diablo. A veces arribo a la conclusión de que Cruz Diablo tiene un objetivo general y otro particular. El general es dar a conocer a los nuevos escritores del género. Construir un puente de letras entre los ávidos lectores de King, Poe, Lovecraft, Asimov, Dick, Bradbury y los escritores que intentan seguir sus pasos. El particular anida en lo profundo del inconsciente y, como todo lo oculto en los laberintos del ser, constituye un deseo, un sueño. Ese deseo se satisface cuando conozco escritores y escritoras nóveles que me deslumbran. Desde esa finalidad, Cruz Diablo se convierte en un señuelo para atrapar a escritores/as ávidos/os de ojos que los lean y almas que los sueñen. Sí, Cruz Diablo también es una trampa para atrapar escritores (en cada publicación media docena de ellos quedan atrapados en las tierras de la inmortalidad. Aunque lo deseen, de allí no se puede salir. Cada vez que escribimos nos hacemos inmortales). En la última convocatoria conocí a una joven escritora de Ramos Mejía: Eugenia Zuran. “Lidia” es su primera novela y es una novela digna de ser leída por todos aquellos que son amantes del susupense, el misterio y el thriller psicológico. Escrita con una prosa sencilla, pero impecable, hace recordar por momentos a la pluma del californiano John Saúl. A quien haya leído “Cuando sopla el viento” del escritor nacido en Pasadena se les hará imposible no encontrar similitudes con “Lidia”, no porque pretenda ser una copia (intuyo ,incluso, que la autora puede no haber leído a John Saúl. Hay escritores que nacen con un espíritu compartido, y el de Saúl y Zuran se parecen), sino por el papel de los personajes y el estilo narrativo. Una abuela que porta un extraño misterio en su sangre; una tragedia familiar que, conforme avanza la lectura, nos hace dudar si la tragedia que sacude la vida de Lidia no es preexistente, incluso, a su propio nacimiento ¿Estaba sellado el destino de Lidia desde antes de su nacimiento? A muchos les quedará la sensación de que así es. Sí en la novela de John Saúl hay misterios que habitan en el viento, en la de Zuran hay misterios ocultos en las sombras. En ambos casos ejercen una extraña influencia sobre las protagonistas. Lidia es una elegía contra el encierro. Lidia nace en un claustro cuando llega a este mundo. Casi toda la novela transcurre en el encierro de su casa, en el encierro de su destino infranqueable. El encierro también estará simbolizado por el papel que jugará en su destino la vida que se desarrolla entre los muros de un orfanato. Todo aquel que pueda leer Lidia debería hacerlo. Es una novela corta que invita a ser leída de un tirón. Los que vivan en Buenos Aires y deseen conocer a la autora y acceder a su novela, se podrán encontrar con ambas en la presentación que hará Ediciones Alfeizar en ESPACIO ESFERA, Talcahuano 287 (entre Sarmiento y Perón) CABA, el viernes 22 de noviembre de 2019 de 19 a 21hs.
Gracias, Rogelio!!
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