"Las elegidas" Novela ganadora del Certamen Nacional de Literatura Erótica 2016

Cuentos Fantásticos y de Terror

Novelas Cortas

jueves, 17 de noviembre de 2016

"La muda" Por Rogelio Oscar Retuerto

Aquel verano en que nació Martita, la vieja muda apareció en el barrio. Era flaca como su sombra, arrugada como los pliegues que la arena forma en el desierto; la gente la esquivaba, no porque la despreciara, sino por el terror que infundía su mirada. Primero le alquiló una pieza al flaco Luis, hasta que fue echada del lugar. El flaco nunca quiso hablar sobre las razones que lo motivaron a arrojar a la vieja y su hija a la calle, lo aterraba hacerlo.
Una tarde, cuando el sol caía a plomo sobre los techos de chapa, vino Luisa con la noticia sobre la muerte de la hija de la vieja. La vieja había recogido a la nena en la ranchada que los pibes de la calle tenían en la vieja estación de trenes. La había criado como hija propia durante más de un año. Todo el barrio concurrió al velorio, la velaron en la sociedad de fomento. La vieja se sentó en una silla de madera al lado del cajón, con las manos cruzadas sobre su vientre, como si le doliera, y lloró toda la noche. Lloró solo con sus ojos, pues era muda. La vieja palmeaba, en un sentido agradecimiento, cada mano que se apoyaba en su hombro. Al clarear el día, solo le quedaba su carro desvencijado y la caja con los cuatro mil pesos de la colecta.  Después del entierro, la vieja se esfumó, como si nunca hubiese existido.
El barrio entero llegó a pensar que la vieja fue una triste alucinación colectiva. Pero eso fue hasta el día de hoy.
Anoche, en un barrio vecino, una vieja muda recién llegada al lugar, veló a su hija recogida en los basurales de la ribera. Lloró toda la noche sentada en una silla de madera. Hoy, después del mediodía, partió del cementerio sin dejar más rastros que un cadáver fresco en una tumba fría y una silla con su vieja ausencia. Solo se llevó su carro desvencijado y la lata con los cinco mil pesos que las mujeres del barrio habían recolectado compungidas.